Seis preguntas clave: ¿Por qué sube el precio de los alimentos?
La globalización es lo que permite que el desbordamiento de un río en Bolivia o un incendio en Rusia provoquen que un ovetense o un murciano paguen unos céntimos más por el café con leche en el bar de la esquina. Entre medias, además, decenas de personas pueden haber muerto en unos violentos disturbios provocados por la subida de los precios de los alimentos, como ha sucedido en Argelia y, especialmente, en Túnez.
La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en sus siglas en inglés) alerta en un reciente informe de que el mundo afronta una escalada del valor de las commodities (materias primas) similar a la de 2008.¿Cuáles son las materias primas más cotizadas del mercado?
Sin duda, el petróleo es la más vinculada a la actividad económica, ya que de él se derivan productos de uso tan cotidiano como la gasolina, el gasóleo, los pesticidas, los fertilizantes e infinidad de artículos confeccionados con plástico. El carbón, el cobre, el acero y el aluminio también despuntan como materias con fines industriales.
Respecto a la alimentación, los productos con mayor peso en el comercio mundial son el trigo, el azúcar, el maíz, el cacao, la carne, la cebada, el café, la soja, el arroz y los productos lácteos. Por su parte, el oro y la plata han alcanzado un gran predicamento durante la crisis por su condición de valor refugio ante la incertidumbre que despiertan activos tradicionales como la deuda soberana.
¿Quiénes son los grandes productores de las principales commodities alimentarias?
En la campaña 2009/2010, la Unión Europea facturó 135 millones de toneladas de trigo, seguida por China (114 millones), India (90 millones), EEUU (60 millones) y Rusia (42 millones). Para la campaña que comienza este año, el Departamento de Agricultura de EEUU proyecta una producción mundial de 641,44 millones de toneladas, es decir, 40 millones menos que lo cosechado en la temporada pasada. Se trataría del peor rendimiento en trece años.
Por su parte, Brasil destaca como el principal exportador de café: crecerá en el ciclo 2010/2011 a un récord de 55,3 millones de sacos de 60 kilos, por encima de las 10,5 millones de bolsas de su cosecha previa. El país que ahora dirige Dilma Roussef también está a la cabeza del cultivo de azúcar, y en la temporada entrante generará 39 millones de toneladas –un 8,4% más que en el ciclo anterior– mientras que otros grandes productores como India y China también incrementarán su producción.
¿A qué se debe el encarecimiento actual de los precios?
Según la FAO, el Índice de Precios de Alimentos alcanzaba el pasado diciembre los 214,7 puntos, uno más que el récord alcanzado en junio de 2008, durante la anterior crisis de las materias primas. Los cereales se llevan el primer premio de la inflación, con una subida del 80% en 2010. Varios factores explican esta coyuntura.
El crecimiento de las clases medias de países emergentes, sobre todo en China e India, provoca desde hace años un aumento exponencial de la demanda de productos agrícolas. No obstante, las cosechas se han visto este año muy afectadas por diversas sequías, inundaciones e incendios en África, Latinoamérica, Asia y Rusia, lo que ha reducido la producción de cereales y, al existir menos oferta, ha encarecido los precios.
El maíz sufre una particular subida por su empleo en la fabricación de biocombustibles, muy demandados por los países desarrollados. Por encima de todos estos factores planea el continuo encarecimiento del petróleo, lo que aumenta los costes de los transportes de todas las commodities, repercutiendo así en el precio final de los alimentos.
¿Qué papel han cumplido los inversores en este contexto?
La crisis en los países occidentales lo ha cambiado prácticamente todo. “Desde que EEUU comenzara a entrar en recesión en 2008, las materias primas se convirtieron en los pocos activos que ofrecían seguridad, por lo que los inversores se lanzaron a invertir en ellas en un movimiento de inercia y aumentaron exponencialmente su valor”, explica a EXPANSIÓN Juan Ignacio Crespo, director europeo de Thomson Reuters.
Por su parte, el relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, afirmaba el pasado día 11 que dicho encarecimiento se debe más al “pánico” en los mercados agrícolas por los azotes del clima que a un desequilibrio entre la oferta y la demanda. “Cuando llegan las informaciones sobre los incendios en Rusia o el exceso de lluvias en Canadá, algunos operadores prefieren no vender inmediatamente, mientras que los compradores buscan comprar lo más posible”, indicó.
¿Qué consecuencias tendrá todo esto para el bolsillo del consumidor?
La consecuencia más inmediata, evidentemente, es que el alza eleva el valor de los productos finales y, por tanto, el consumidor deberá pagar más dinero por ellos. La escalada del trigo producirá precios más elevados en alimentos de consumo cotidiano como la harina y las pastas.
La barra de pan, por ejemplo, subirá aproximadamente unos cinco céntimos. Aún no existen cálculos concretos para otro tipo de productos, pero la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) avanzó ayer que el aumento del precio de los piensos, de casi un 30%, encarecerá las carnes de vaca, cerdo, ave y conejo. Diversos colectivos agrarios y ganaderos claman por estas subidas para compensar los mayores costes que están afrontando desde hace meses.
Llegado el momento, ¿cómo podría orientarse el consumidor?
Rubén Sánchez, portavoz de la asociación de consumidores Facua, asegura a este diario que “el sector alimentario es bastante impredecible”, pero que un buen método para que los consumidores sepan qué precios han variado es “consultar las web de los supermercados”. Así, el usuario podrá comparar las “enormes” diferencias que pueden presentarse entre, por ejemplo, las marcas blancas y las líder. En el caso de los refrescos, por ejemplo, esa brecha “ha llegado a ser de más del 300%”, destaca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario