30 de enero de 2011, 19:16Davos, Suiza, 30 ene (PL) Tras cinco días de discusiones el Foro Económico Mundial de Davos concluyó hoy aquí con un cúmulo de problemas sin resolver.
Los dos mil 500 representantes de la política y la economía finalizaron esta 41 cumbre, con la abultada deuda de la Eurozona, sin mecanismos de control de la crisis, ni acuerdos para contener el cambio climático.
Aunque en el comunicado final se afirma que la economía global no cayó en un precipicio, y se registra un crecimiento en 2011, también se reconoce que éste experimentará una desaceleración respecto al año anterior.
Sobre este aspecto, se admitió en el documento que habrá volatilidad y muchos retos por delante.
En medio de un planeta socialmente inestable, con los disturbios actuales de Egipto como telón de fondo, los capitanes de la industria hicieron un llamamiento "para que los pobres se beneficien de cualquier repunte de la economía global".
Presionados por la preocupación ante las convulsiones en ese país y Túnez, políticos y empresarios convinieron en que el crecimiento debe ser inclusivo.
Sobre el particular, el director general del banco indio ICICI, Chanda Kochhar, afirmó que el desafío consiste en crear suficientes instalaciones básicas como escuelas, carreteras y viviendas para asegurar que la expansión beneficie a todos.
Se reconoció que las economías emergentes como las de China, Brasil, India y otras serán protagonistas del crecimiento económico de este año, pues registrarán los índices más acentuados- de hasta un siete por ciento, o más.
Sin embargo, el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) en Europa solo aumentará entre 1,5 y 1,8 por ciento.
La predicción del funcionario en relación con Estados Unidos, es de un modesto crecimiento respecto a 2010.
Si bien la cumbre concluyó con muchas asignaturas pendientes, incluyendo la estabilidad monetaria en la Eurozona, tanto Francia como Alemania estimaron que el euro resultó ganador en los cinco días de deliberaciones.
Ambos países defendieron la estabilidad de esa moneda y llamaron a mejorar la competitividad europea.
Como en anteriores encuentros de este tipo, se realizó una mini ronda con el objetivo de impulsar las estancadas negociaciones multilaterales de comercio, aprovechando la presencia de jefes de Estado y empresarios de alto nivel.
Según algunos participantes, se percibió un nuevo ambiente en las tratativas y hubo convergencias en tratar de concluirlas este año.
El cónclave no escapó a las manifestaciones de repudio contra los ricos y responsables de la economía mundial, a quienes identifican como causantes de la actual crisis y calamidades del planeta.
Agentes de la policía suiza dispararon balas de goma y emplearon cañones de agua para neutralizar las protestas, que desencadenaron un enfrentamiento entre la policía y activistas en contra de esa cita.
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