ASIA | Relaciones bilaterales
China, más amigos que nunca
Obama y Hu Jintao, en la cena de gala en honor al mandatario chino. | Afp
- Se prevé que el PIB de China crezca un 11% en 2011
- En tan sólo 6 meses el presidente chino visitará Francia dos veces
- China ha comprado deuda de España, Portugal y Grecia
Poderoso caballero es don dinero. Ni las denuncias por las violaciones de Derechos Humanos, ni el apoyo a Corea del Norte en su 'guerra' contra Corea del Sur, ni los desacuerdos a las sanciones contra los programas nucleares de determinados países... Nada ha podido frenar que EEUU y Europa busquen en China a uno de sus mayores aliados.
La crisis económica que atraviesa la primera economía mundial y gran parte de Europa ha hecho que sus dirigentes busquen en el país asiático, del que se cree que su PIB crecerá un 11% en 2011, al gran aliado que saque a flote sus barcos.
Por ello, no es extraño que Obama (EEUU), Nicolas Sarkozy (Francia), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Angela Merkel (Alemania) o George Papandreu (Grecia) organicen con todo detalle las visitas de las autoridades chinas a sus países con el fin de contentar a la potencia que podría darles el impulso necesario para salir del agujero
Los derechos humanos se dejan a un lado, las asperezas de años anteriores también. Todo vale para atraer las inversiones del gigante asiático. Y China responde. Tanto es así que en las últimas visitas a países como EEUU o Francia los contratos por valor de millones y millones de euros son la mejor respuesta que puede dar.
Un claro ejemplo es el de Francia. Después de las fricciones entre ambos países durante 2008, cuando Nicolas Sarkozy desairó a Pekín al recibir al Dalai Lama o cuando el paso de la antorcha olímpica por París provocó una ola de manifestaciones en contra de la falta de Derechos Humanos en China, el presidente francés tiene claro que para salir del agujero de la crisis necesita contar con el apoyo de su homólogo chino, Hu Jintao.
Tanto es así que en tan sólo 6 meses el presidente chino visitará Francia dos veces. La primera fue en octubre pasado y en aquella ocasión Sarkozy no dudó en olvidar sus más y sus menos para acabar con esas desavenencias del pasado y dar entrada al dinero asiático.
Y no le salió nada mal. El presidente francés consiguió un contrato por el que varias aerolíneas chinas firmaron la compra de 102 aviones con el fabricante europeo Airbus, -filial del consorcio europeo aeronáutico y de la defensa EADS, en el que además de Francia participan Alemania y España- por valor de 14.000 millones de dólares. Un contrato que juntos a otros de menor calado superó las expectativas de Sarkozy de conseguir inversiones por un valor superior a los 20.000 millones que obtuvo de su anterior visita en 2007.
Esta semana, el presidente francés anunciaba que el próximo mes de marzo mantendrá un encuentro en París con su homólogo chino durante un seminario con motivo de la presidencia francesa del G-20. Un encuentro en el que la reforma del sistema monetario, otro de los puntos calientes entre China y el resto del mundo por la devaluación del yuan, será el eje central del que seguro Francia sacará otro cachito del pastel.
En este escenario donde la crisis lo marca todo, EEUU no es sólo el primer comprador de productos chinos, sino que además China es el primer acreedor de la primera potencia mundial. No es extraño, por tanto, que Obama recibiera a Hu Jintao con cenas de gala para demostrar la "quintaesencia de lo estadounidense".
Pero entre lujo, espectáculo y jazz hubo tiempo para lo realmente importante: el dinero. El encuentro entre ambos mandatarios se escenificó con un acuerdo de cooperación de 45.000 millones de dólares (33.000 millones de euros) en el que se incluía la adquisición por parte de China de 200 aviones Boeing, acuerdos con General Electric, Cartepillar o Alcoa. Eso sí de divisas ni hablar, el encuentro como aseguró Hu Jintao era para "mejorar la confianza mutua" y la batalla Yuan-Dólar no podía enturbiar las sinergias de ambos.
Eso sí, Obama en un guiño a los defensores de los Derechos Humanos no quiso parecer vendido al poder económico de China y no quiso ocultar bajo la cama las quejas en este aspecto contra el país asiático. Eso sí, por encima y sin insistir mucho porque antes de que la cosa se pudiera salir de madre, el presidente chino se adelantó e insistió en que "quedan muchas cosas por hacer en materia de DDHH, pero se ha avanzado mucho".
Una promesa que no sólo trajo oro, incienso y mirra sino también acuerdos que valen 5.500 millones de euros, a los que hay que sumar la promesa del gigante asiático de elevar durante 2011 el comercio bilateral entre ambos países a 40.000 millones de euros. Todo esto acompañado por la compra de 6.000 millones de deuda española en un momento en el que la prima de riesgo española superaba los 260 puntos.
Pero puestos a comprar deuda, China no sólo pensó en España. Los países europeos en jaque como son Grecia y Portugal también recibieron con los brazos abiertos la decisión de China de hacerse con gran parte de su deuda. Una compra que supuso un gran respiro para los considerados PIIGS. Y una promesa, el país asiático no dejará que el euro caiga y ha prometido que apoyará la estabilidad de la moneda europea en los mercados invirtiendo en los bonos estatales de los países que lo necesiten.
Italia, Bélgica, Turquía o Alemania fueron otros de los que cayeron a los pies de los encantos del país comunista. Y aunque todavía se desconoce cuál será la agenda de las autoridades chinas para 2011 queda claro que para Europa y EEUU más vale pájaro en mano que ciento volando y que no van a dejar escarpar cualquier oportunidad que venga de China.
La crisis económica que atraviesa la primera economía mundial y gran parte de Europa ha hecho que sus dirigentes busquen en el país asiático, del que se cree que su PIB crecerá un 11% en 2011, al gran aliado que saque a flote sus barcos.
Por ello, no es extraño que Obama (EEUU), Nicolas Sarkozy (Francia), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Angela Merkel (Alemania) o George Papandreu (Grecia) organicen con todo detalle las visitas de las autoridades chinas a sus países con el fin de contentar a la potencia que podría darles el impulso necesario para salir del agujero
Los derechos humanos se dejan a un lado, las asperezas de años anteriores también. Todo vale para atraer las inversiones del gigante asiático. Y China responde. Tanto es así que en las últimas visitas a países como EEUU o Francia los contratos por valor de millones y millones de euros son la mejor respuesta que puede dar.
Francia: de los desaires a la fraternidad
Hu Jintao, Berlusconi y Sarkozy. | Ap
Tanto es así que en tan sólo 6 meses el presidente chino visitará Francia dos veces. La primera fue en octubre pasado y en aquella ocasión Sarkozy no dudó en olvidar sus más y sus menos para acabar con esas desavenencias del pasado y dar entrada al dinero asiático.
Y no le salió nada mal. El presidente francés consiguió un contrato por el que varias aerolíneas chinas firmaron la compra de 102 aviones con el fabricante europeo Airbus, -filial del consorcio europeo aeronáutico y de la defensa EADS, en el que además de Francia participan Alemania y España- por valor de 14.000 millones de dólares. Un contrato que juntos a otros de menor calado superó las expectativas de Sarkozy de conseguir inversiones por un valor superior a los 20.000 millones que obtuvo de su anterior visita en 2007.
Esta semana, el presidente francés anunciaba que el próximo mes de marzo mantendrá un encuentro en París con su homólogo chino durante un seminario con motivo de la presidencia francesa del G-20. Un encuentro en el que la reforma del sistema monetario, otro de los puntos calientes entre China y el resto del mundo por la devaluación del yuan, será el eje central del que seguro Francia sacará otro cachito del pastel.
Unión entre las dos potencias
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha sido otro de los mandatarios que no ha dudado en incluir en su agenda de amigos a China. La cumbre EEUU-China celebrada a principios de este año demostró que el país de las oportunidades no tiene problema en acercarse a China, pese a sus muchas diferencias, si con ello consigue estabilizar parte de su economía.En este escenario donde la crisis lo marca todo, EEUU no es sólo el primer comprador de productos chinos, sino que además China es el primer acreedor de la primera potencia mundial. No es extraño, por tanto, que Obama recibiera a Hu Jintao con cenas de gala para demostrar la "quintaesencia de lo estadounidense".
Pero entre lujo, espectáculo y jazz hubo tiempo para lo realmente importante: el dinero. El encuentro entre ambos mandatarios se escenificó con un acuerdo de cooperación de 45.000 millones de dólares (33.000 millones de euros) en el que se incluía la adquisición por parte de China de 200 aviones Boeing, acuerdos con General Electric, Cartepillar o Alcoa. Eso sí de divisas ni hablar, el encuentro como aseguró Hu Jintao era para "mejorar la confianza mutua" y la batalla Yuan-Dólar no podía enturbiar las sinergias de ambos.
Eso sí, Obama en un guiño a los defensores de los Derechos Humanos no quiso parecer vendido al poder económico de China y no quiso ocultar bajo la cama las quejas en este aspecto contra el país asiático. Eso sí, por encima y sin insistir mucho porque antes de que la cosa se pudiera salir de madre, el presidente chino se adelantó e insistió en que "quedan muchas cosas por hacer en materia de DDHH, pero se ha avanzado mucho".
A la caza de la deuda europea
Y el resto de Europa. Pues tres cuartos de lo mismo. España, necesitada de todo el apoyo que se le pueda dar, recibió al 'rey mago' chino como si del mismísimo presidente de EEUU fuera a Li Keqiang, viceprimer ministro de China. Y es que la declaración de intenciones que hizo China valía su peso en oro: "Vamos a estar con España en las alegrías y en las penas".
El viceprimer ministro chino y Zapatero. | Efe
Pero puestos a comprar deuda, China no sólo pensó en España. Los países europeos en jaque como son Grecia y Portugal también recibieron con los brazos abiertos la decisión de China de hacerse con gran parte de su deuda. Una compra que supuso un gran respiro para los considerados PIIGS. Y una promesa, el país asiático no dejará que el euro caiga y ha prometido que apoyará la estabilidad de la moneda europea en los mercados invirtiendo en los bonos estatales de los países que lo necesiten.
Italia, Bélgica, Turquía o Alemania fueron otros de los que cayeron a los pies de los encantos del país comunista. Y aunque todavía se desconoce cuál será la agenda de las autoridades chinas para 2011 queda claro que para Europa y EEUU más vale pájaro en mano que ciento volando y que no van a dejar escarpar cualquier oportunidad que venga de China.